" Y como no podían acercarse a el a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba y haciendo una abertura, bajaron el lecho en el que yacía el paralítico " Marcos 2 : 4
Cuando Jesús estuvo en la tierra en carne y hueso, la posibilidad de encontrase con el era limitada a tiempo y espacio.
La gente oía por donde pasaría, oía donde se sentaría a hablar del Reino de los CIELOS y lo buscaban , caminaban grandes distancias, llevaban su dolor , su vacío, su sed y su necesidad delante de él.
No importaba si era lepra, flujo de sangre, parálisis o sordera y ceguera, ellos sabían "CAMINAR " hacia su milagro.
Incluso como cuenta esta historia, estos hombres cargaron la camilla con su amigo y a pesar de la multitud, encontraron la manera de acercarse y hacerse ver por Jesús, DESCOLGANDO la camilla de techo.
Hoy Jesús no está en carne, está en Espíritu y está más cerca que nunca. No hay multitudes que te estorben, no hay distancia ni caminos que recorrer , pero la gente hoy SE DIRIGE MENOS HACIA SU BÚSQUEDA.
Quizá porque al no verle, el peso de la incredulidad es esa multitud y los pretextos te impiden abrir techos y encontrarlo.
Ahora somos nosotros los que debemos romper el techo de nuestras creencias y razonamientos para poder llegar a SU PRESENCIA.
Los caminos ahora son, caminos de palabra de verdad, recorridos de fe y obediencia y camillas de adoración.
El es el mismo, si poder y su amor Los mismos , su gracia y misericordia las mismas. Nuestras necesidades iguales, sorderas, parálisis, dolores y sangrados del alma.
¿Qué nos impide correr a buscarlo?
¿Acaso no hemos oído de sus maravillas y su poder?
La creatividad de esos hombres fue la necesidad enorme que tenían, y la certeza de que JESÚS tenía la solución.
Hoy es el día en que muchos techos de incredulidad deben caer, porque Jesús esta esperando con NUESTROS MILAGROS.
Muévete hacia Jesús como sea, busca la manera en que puedas acercarte a su corazón,
Él te está esperando, ya abrió el camino y ya pagó por ti rescate.
Jesús HOY TE BUSCAREMOS,
creativamente,
y muchos lechos de dolor y soledad serán abandonados,
Amén.
Laura de la Sota
Iglesia Palabras de Vida
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